El día más largo del año!
Tras un tiempo pensando si escribir o no la crónica de mi primer triatlón distancia IRONMAN, al fin me he dejado convencer, en primer lugar por mi mismo, y en segundo lugar, sobre todo por la gente que día a día está junto a mi y se siente orgullosa de lo que he conseguido, así que, como ellos dicen, creo que esto merece la pena que sea contado.
Antes de nada os diré, que cuando quedaban un par de semanas para ese gran día, comenzaron los nervios pre competición, pero lo que mas me sorprendió conforme se iba acercando ese día, es que empezaron a desaparecer; el porqué no lo se, pero aún me sigo preguntando en qué grado influiría en ello la seguridad en mi mismo.
El día anterior llegamos Montse, Gelen y yo a L’Ampolla; Ilde llegó antes para empezar a preparar el terreno. Tengo que admitir que esa noche, cuando Ilde y yo empezamos a preparar el material que íbamos a utilizar al día siguiente, los nervios empezaron de nuevo, y dormí muy poco y regular.
Como no pretendo contar cada detalle de esta competición, intentaré resumir en pocas palabras ese día que comenzó a las 7 de la mañana y finalizo a las 21 de la noche.
Lo que tuve muy claro desde el principio es que no me llevaría ningún tipo de reloj o pulsómetro que me indicase el tiempo que llevaba, pues quería dejarme llevar totalmente por mis sensaciones.
Así comenzó a las 7 de la mañana mi gran aventura, y sinceramente, en el momento que comenzamos a nadar, desaparecieron todos los nervios.
No os podéis imaginar todo lo que me llegó a pasar por la cabeza durante el segmento de natación, te da tiempo a pensar realmente en todo, en la preparación que has llevado, en los días que tanto has madrugado para ir a la piscina…, pero en esos momentos ya estaba nadando para lograr mi primer IRONMAN.
Realmente, paso mas rápido ese tiempo de natación de lo que yo jamás me hubiese imaginado; cuando salí del agua y comencé el camino hacia mi primera transición, me alegre muchísimo de sentir que no estaba nada cansado sino que me encontraba “fresco” para comenzar mi trayecto numero dos: el segmento de bici. Esa transición me la tome con muchísima calma… ¿para que darme prisa si aun me quedaban 180 Km. en bici?……!!!
El segmento de bici consistió en 6 vueltas de 30 Km. cada una, y a lo que mas le temía era al viento… ohh si, ese día hacia muchísimo viento y si confiamos en que fueran ciertas las indicaciones del instituto de meteorología, hubo rachas de mas de 70 Km./h.
Evidentemente, el viento no siempre estaba en contra, cuando lo teníamos a favor era una delicia ver como subía la velocidad en el velocímetro a mas de 40 Km./h, pero igual que subía con el viento a favor, bajaba cuando lo teníamos en contra, entre 10 Km./h y 12 Km./h, y hacer frente a esto fue psicológicamente una lucha muy dura.
Tenia que luchar en cada vuelta conmigo mismo, luchar para no abandonar, y solamente pensaba: “¿que hago yo aquí?... Si a estas velocidades se me va a hacer eterno…!!! Pero en el fondo sabía que no podía abandonar después de haber estado tanto tiempo preparándome para ese día…
Al final logre no sucumbir a mi lucha interior, aunque tampoco supe cuanto tiempo había transcurrido, ya que no llevaba reloj y me negué a mirar el tiempo en el velocímetro.
Conforme se acercaba la segunda transición, me hice la gran pregunta que probablemente muchos se hacen en esa misma situación: ¿como van a reaccionar mis piernas en el momento que me baje de la bici? Pues bien, mi gran sorpresa fue que reaccionaron estupendamente.
Tal como en la primera transición, también en la segunda me tome mi tiempo, aunque por desgracia, Montse y Gelen me dieron una noticia que no me alegro mucho, y es que Ilde tuvo que abandonar por las molestias que sufría en la cadera, pero aun así, y eso te lo he dicho muchas veces, Ilde, tu eres realmente grande…!!!
Tras ello, comencé con el último segmento de este gran triatlón: la carrera a pié, que consistió en 6 vueltas de 7 Km. cada una. Y la verdad es que el hecho de ver que podía correr sin muchas molestias, creo que me animo bastante, sobre todo después del “machaque” que había sufrido durante la bici. Paré en casi todos los avituallamientos para comer y beber; de hecho, si ahora sumase todo lo que tome, bien fueran líquidos o alimentos, es realmente impresionante: casi 12 litros de liquido (Coca Cola, Isotónicas, Agua), 5 bocadillos, 3 barras energéticas, 1 gel, 4 plátanos, pinchitos, pizza y muchísima sandia... y así hasta llegar a META.
En realidad, la carrera a pie es el segmento que relativamente mas rápido se me paso, pues intente ver la distancia en 6 trayectos de 7 kilómetros, y así continué hasta que llegaron las últimas dos vueltas, en las que ya solo sentía la emoción de que estaba apunto de lograrlo.
Creo que para todo aquel que ama este deporte esto es una experiencia que algún día tiene que vivir, porque por mucho que uno lea o cuente personalmente sus emociones… esto hay que vivirlo.
Por último, os puedo decir que después de haber vivido todo esto, los tiempos pasaron a un segundo plano, y a pesar de las dificultades meteorológicas que se me presentaron, me siento muy orgulloso de haber conseguido esto tiempos:
NATACION: 1h 11min
BICI: 8h 12min (incluyendo las dos transiciones)
CARRERA A PIE: 4h 42 min.
TIEMPO FINAL: 14h 06 min.
Antes de terminar con esta crónica, quiero sobre todo darle las gracias a mi gran amigo Ilde, que fue el que me inicio en este deporte y que hasta el día de hoy me ha guiado en todo momento. Me acuerdo muy bien de cuando me puso mis primeros éntrenos y no era capaz de atravesar un solo largo de piscina o bien de llegar a correr sin parar mas de cinco minutos. Han pasado ya casi 4 años y hoy por hoy he logrado mi primer IRONCAT.
GRACIAS ILDE !!!!
Y también quiero darle las gracias a nuestras respectivas parejas, tanto por parte de Ilde como por mi parte: gracias Montse y Gelen por esos ánimos y todo el apoyo que me ofrecisteis en ese gran día.